jueves, 18 de enero de 2007

AÑORANZAS

A veces cambiar de lugar es duro. Eso implica temores, inquietudes... Yo fuí recogida por mi amo estando en la calle. Le convencí para que me acogiera. Estaba hasta los bigotes de los cartones, de los camiones de la basura, de los niños que no paraban de tirarme de la cola mientras comía tranquilamente. Pero finalmente, terminó el suplicio. Me subí a la falda de un chico y como aquella que no quiere la cosa, como si nos conociéramos de toda la vida le musité con mi lenguaje gatuno que me subiera a su piso, que quería estar calentita. Y así empezo todo. Mi vida dió un vuelco y ya no he vuelto a pasar frío, ni hambre, ni miedo. Ahora, a veces paso soledad. No veo a los gatos del barrio. El se va temprano y llega cuando el sol ha caído. Pero, bueno, no se puede tener todo...caray!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Vaya con esta linda muchachita gatuna!!! eres una nena muy lista,y ese abriguito de pieles q llevas es una monada;es una pena,todas esas cosas q echas de menos,pero piensa en todo lo bueno q tienes ahora,lo q tu dices!...nena...no se puede tener todo en esta vida gatuna...en tu caso respecto a los humanos... es como una "primi" y de las gordas...piensa en la hipóteca basurera de container q te ahorras..!y que te quiten lo bailao!!q no es poco!!lo que habrás ligado tú de libre!...vamos...vamos...que peligro!!lo que habrás ligado..lo libre que has estado tú...más que un taxi en medio de una plaza de toros y con dos miúras por ahí cerca...dando vueltas!